<h5> Los muchos devotos de la Virgen de la salud esperaban el día más señalado del año para llevar a su patrona a mostrarle su nueva ermita. La noche anterior el sueño sería inquieto y agitado en la mayoría de ellos.
Muy temprano sonaron las campañas para reunir en la plaza de la iglesia al pueblo crisitiano para que la acompaña a su nueva morada festerar. Pero los designios de Dios son inexplicable, porque una espesa y abundante lluvia la recibió. Sólo fue una prueba para probar la fe de sus feligreses, ya que el chaparrón solo duró unos minutos, tras los cuales siguieron los cánticos y alabanzas religiosas camino de la ermita, su destino.
Desde ese gran día devotos y devotas la visitan en fechas próximas a la semana de pasión.</h5>